Dos Diegos en una misma sesión, dos Diegos diferentes pero con una misma visión por la que estar juntos.
Nos fuimos a Hostalric a realizar la preboda, un lugar con largos arboles y al mismo tiempo amplios campos de planicie. Empezaron tímidos, con miedo de mostrar algo que no son, ganas de ser naturales y poco a poco fuimos rompiendo esos muros que siempre existen cuando alguien que no conoces mucho te hace una sesión de fotos, a relajarnos, a reír, a sentirse el uno al otro sin corazas y yo a fluir con ello.
Pasamos de los arboles a los campos y acabamos con un salto, con energía, con ganas, con una buena sensación final que habíamos pasado un buen rato con un buen resultado.
Contento de lo que salió y espero que también os guste a vosotros 🙂