Era una mañana nublada de Febrero. Abraham esperaba impaciente el momento en el que Cristina atravesara la puerta de la que a partir de ese momento seria su nueva casa. Decidió que el lugar donde se prometería con Cristina fuese justamente ese lugar, para recordar el inicio de todo, para capturar ese preciso momento en el comedor ahora vacío en el que pasarán tantos momentos de su vida juntos. Gracias a Jurdevents ese comedor vacío se transformó en un espacio diferente i acogedor con la magnífica decoración y el delicioso desayuno que preparó.
Cuando Cristina abrió la puerta del piso y empezó a recorrer el pasadizo hacia el comedor, en su cara se dibujaba una sonrisa curiosa que se iluminó totalmente cuando vio a Abraham, cuando se dio cuenta que la sorpresa no era que le iba a plantar un anillo de compromiso sino cómo el decidió plantear ese momento.
Desde fuera a veces las cosas se ven de una forma muy diferente de cuando te introducen en esos momentos que, aunque ajenos a ti, sientes que formas parte de ellos con una gran responsabilidad, la de captar su esencia, la de poder capturar en unas pocas fotos los sentimientos y las emociones que se viven. La única forma de poder plasmar todo ello es vivirlo también, fluir con ello, compartir la emoción y sobretodo respetar ese momento, solamente estando allí como si tu murmullo solo fuera el sencillo i natural sonido del viento.