Una de las cosas que caracteriza la Boda de Clara y Gerard son las ganas de celebrar este día con los suyos al máximo.
Un día espléndido y un espacio como La Roureda dan ya un seguro a que ese día tendrá una base magnífica.
Gerard estaba bastante tranquilo ya que él se había encargado de organizar la mayoría de la Boda, lo tenía controlado todo. Clara iba un poco más nerviosa, pero después de la ceremonia es cuando todo explotó y los dos se dejaron ir con una energía y unas ganas de pasarlo a lo grande con sus familiares, pero sobretodo con sus amigos y amigas, que a mi personalmente me encanta.
Se ve en las fotos y yo me quedo además de con las fotos, con haberlo gozado siendo parte de ese día.
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